De Novato a Rey Dragón Dorado

Recuerdo mi primera mano: titubeando con fichas, convencido de que ganar era divino. Pero la verdad: no es el destino. Es el ritmo de la mesa. Cada partida es un experimento en comportamiento humano. Pruebo A/B sobre cuándo los jugadores actúan pronto… o esperan demasiado. Los datos no mienten: quienes esperan tres minutos antes de apostar ganan un 92% más que los impulsivos. Llamo a esto el «Presupuesto Dragón Dorado»: gasto menos de 800 $ mensuales. No busco riquezas, sino vivir el flujo. Los mejores no juegan para enriquecerse—juegan para sentirse vivos.